Escudo del Ala 37 |
En total España aportó a la misión una unidad aérea autónoma compuesta por 250 militares del Ejército del Aire, ocho Aviocar C-212 y un Hércules C-130. Los aviones realizaron transporte de personal militar y civil, evacuación de enfermos y heridos, y traslado de equipos y mercancías; en alguna ocasión desarrollaron misiones de reconocimiento sobre lugares de difícil acceso por carretera o de geografía muy montañosa.
CASA Aviocar de la UNTAG, en 1989 |
Entre 1989 y 1990, 4.500 militares y 1.500 policías de 50 países participaron en esta operación, que culminó con éxito. Las actividades llevadas a cabo consistieron en la supervisión del alto el fuego; la verificación del repliegue y posterior retirada de las fuerzas sudafricanas; el regreso de los guerrilleros del SWAPO a sus bases en Angola y Zambia; el desarme y desmovilización de las tropas paramilitares; y el mantenimiento de la vigilancia en las fronteras para impedir filtraciones. La misión se llevó a cabo al amparo de una Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, destinada a “asegurar la rápida independencia de Namibia a través de elecciones libres e imparciales, bajo el control y supervisión de las Naciones Unidas”.
C-212 del Ala 37 en Namibia |
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